Cuando vuelven a encenderse, las personas que viajan en el ascensor se dan cuenta de que no están solas. En una esquina, hay una niña con aspecto de fantasma, con un peluche, que las mira. Y luego grita.
Tras la sorpresa y el susto, las luces vuelven a fallar. Para cuando han vuelto a encenderse, la niña ya no está.
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